Con “La miel es más dulce que la sangre”, L’Explose se adentra en el universo Lorquiano para reunir al autor y su obra en un mismo plano de realidad. Al mirarlo en la distancia, pareciera que los temas y obsesiones que atravesaron su mundo creativo definieron también su vida y su pronta partida.
El poeta murió fusilado en 1936, tras el Golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil Española y ensombreció al país durante más de cuarenta años. Una muerte que describió repetidas veces a lo largo de su obra y que estuvo presente desde siempre en sus escritos. Una muerte que vio de frente a través de sus personajes femeninos y en sus poemas más personales. Una muerte que representó –jugando- a sus amigos en varias oportunidades y que llegó de golpe, para darle la razón a sus temores.
El título de la obra hace referencia a un cuadro, del mismo nombre, pintado por Salvador Dalí muchos años antes de la muerte del poeta. En él, la cabeza de Lorca aparece medio enterrada en la arena; una visión lúgubre y oscura de su amigo, que hará parte de varias de sus pinturas surrealistas.
Sin embargo, ese fantasma mortal que persigue al poeta andaluz no es su única obsesión. El desear lo prohibido se convierte en el motor de sus pesares y en el sustento de su creación. En medio de una cultura judeo-cristiana, como es aquella a la que pertenece, la homosexualidad lo pone en conflicto con sus propias creencias. Su cultura y su alma están en diferentes orillas y él parece un exiliado, como muchas de las mujeres -sin amor- que describe en su obra; los rechazados, los marginados, los perseguidos, los que no encajan, son aquellos a quienes pone en primer plano, como reflejo de sí mismo.
Tras su muerte, sus asesinos alardearon de haberle dado “Dos tiros en el culo por maricón”, desaparecieron el cadáver, quemaron sus libros e intentaron borrar cualquier huella que hubiera podido dejar; sin imaginar siquiera que con ello le habían dado vida para siempre, como él mismo presagió: “En todos los países la muerte es un fin. Llega y se corren las cortinas. En España, no. En España se levantan. Muchas gentes viven allí entre muros hasta el día en que mueren y los sacan al sol.”
Tino Fernández construye una pieza visual, que yuxtapone las obsesiones del poeta como en una pintura surrealista, mientras un quejído flamenco nos recuerda que Lorca –más allá de la palabra- también fue un hombre, también fue un cuerpo, con un alma inconforme.
Dirección y Coreografía: Tino Fernández
Dramaturgia: Juliana Reyes
Composición musica original: Camilo Giraldo
Intérpretes
Bailarines: Ángela Cristina Bello, Aleksandra Rudnicka, Luisa Fernanda Hoyos, Luisa Camacho, Ángel Ávila, Diego Fetecua y Yovanny Martínez
Cantante: Clara Rozo
Guitarra: Camilo Giraldo
Diseño escenográfico: Julián Hoyos
Realización escenográfica: Taller Teatro Mayor, Mundo Arte Producciones y Sebastián Jimenez
Diseño de iluminación: Humberto Hernández
Diseño y realización de vestuario: Ricardo Roldán Castellanos
Fotos: Carlos Mario Lema
Coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
CONTÁCTANOS
CR 25 # 50-34 BOGOTÁ COLOMBIA
Teatro Factoría L'explose
SÍGUENOS EN:
Página construida gracias al apoyo de la Beca de Sostenibilidad de Infraestructuras Culturales y Creativas 2019.