La danza sustenta su práctica en la relación del cuerpo con el equilibrio; en esa capacidad de jugar con la fuerza gravitacional para mantenerse en pie, cuando la caída parece inevitable. El bailarín entrena su cuerpo para dialogar con la gravedad y hacer surgir su lenguaje en esa conversación. Encontrar el equilibrio es hallar el balance de las distintas fuerzas, para mantenerse en armonía y desafiar el vacío que genera la posibilidad de caer, gracias a la tensión entre fuerzas contrarias que se contrarrestan.
El equilibrio es un término genérico que puede aplicarse a diversos campos y situaciones de la vida, donde lo asocian también con permanencia, armonía, ecuanimidad, equidad, mesura, sensatez, moderación, serenidad, comedimiento, etc., términos que en los últimos tiempos, de una u otra manera, han sido difíciles de habitar.
Poder nombrar y definir esa mezcla de emociones que trajo consigo la pandemia como un “duelo colectivo”, ha sido útil para poder gestionar y atravesar este momento de inestabilidad. Además de la pérdida de seres queridos, durante estos dos últimos años hemos tenido que afrontar la pérdida de la normalidad, de la seguridad y la certidumbre, para enfrentarnos a un terreno movedizo, donde apoyarnos los unos a los otros ha sido la mejor manera de equilibrarnos.
Tras enfrentar una pérdida fundamental para L’Explose, Juliana Reyes, su actual directora, decidió propiciar un diálogo creativo con un coreógrafo que pudiera nutrir el trabajo dancístico de L’Explose y aportar otra mirada sobre la danza. Para esto, invitó al coreógrafo israelí, radicado en España, Sharon Fridman, cuyo lenguaje se centra en el contacto entre los cuerpos y su relación con el equilibrio.
Sharon es un coreógrafo con una amplia trayectoria en Europa e Israel, que ha centrado su trabajo en la investigación somática, desarrollando un lenguaje corporal al que decidió llamar INA, Contact INcreation, cuya base técnica se centra en la relación entre la gravedad y el equilibrio y con el que ha investigado el contacto y las diversas formas en que nos representa.
Sharon encontró un grupo con muchas ganas de hablar de sus emociones, con una historia y un duelo compartido, que los hacía fuertes y frágiles al mismo tiempo. A partir de allí surge CRUDO EQUILIBRIO, una pieza en la que la matemática de la composición dancística pretende crear un marco para las emociones, pero donde el estado de vulnerabilidad máxima que genera la pérdida rompe cualquier estructura, para evidenciar la crudeza de esa búsqueda de equilibrio en épocas tan desafiantes como las que hemos tenido que vivir. Y en esa búsqueda, el apoyarnos unos a otros ha sido el camino hacia un nuevo amanecer.
COREOGRAFÍA: Sharon Fridman
DRAMATURGIA: Juliana Reyes
COMPOSICIÓN MUSICAL: Camilo Giraldo
INTÉRPRETES: Sara Regina Fonseca, Ángela Bello, Luisa Camacho, Vanessa Henríquez, Ángel Ávila, René Arriaga, Yeison Fuquene.
DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Humberto Hernández
DISEÑO DE VESTUARIO: Servando Díaz
ASISTENCIA DE ILUMINACIÓN: Andrés Gutiérrez, Adelio Leyva.
INGENIERO DE SONIDO: Milthon Piñeros
FOTOGRAFÍA: Carlos Mario Lema
PRODUCCIÓN DE CAMPO: Diego Pedraza
PRODUCCIÓN ESPAÑA: Fiorella Battistini
REGISTRO AUDIOVISUAL DEL PROCESO CREATIVO: Diego Quintero
DIRECCIÓN ARTÍSTICA DE L’EXPLOSE: Juliana Reyes
Una Coproducción de L’Explose Danza con la Compañía Sharon Fridman, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Iberescena y Opsis Producciones SL.
Con el apoyo de Acción Cultural Española y la Embajada de Israel en Colombia,
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Teatro Factoría L'explose
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