EL CARNAVAL DEL DIABLO
(2015)

L’Explose toma como telón de fondo una de las fiestas tradicionales más pintorescas de Colombia, “El carnaval del Diablo” de Riosucio, que conmemora la reconciliación de dos pueblos antagónicos, representada en la efigie del Diablo como guardián de la paz y de la fiesta.

La obra asume este sentido que ha tenido la fiesta en Colombia, no sólo como forma de alejar el dolor, sino también de ocultarlo, evadirlo y olvidarlo, como acto de supervivencia frente a una realidad que en muchos momentos agrede. De igual manera, pone en evidencia esas imágenes que la guerra ha dejado a lo largo de los últimos años, como un recuento poético de acontecimientos que han dejado tantas y tan profundas heridas.

La selva está ahí como metáfora de un territorio. Una selva hecha de plantas de coca, plátano y palma africana, hermosa y amenazante. Geografía del conflicto y al mismo tiempo de la hermosura de un país lleno de riquezas naturales. Los cuerpos surgen de esa selva que intenta retenerlos y la fiesta llega para exorcizar los males, las pérdidas y los dolores. La femineidad es agredida, los cuerpos son vulnerados, ya no hay Dios que los proteja, pues se han convertido unos en marionetas de otros. La fiesta vuelve. Y con ella la alegría de los cuerpos protegidos por el símbolo. Con acertada intuición, el guardián, el diablo, Lucifer, se transfigura al final de la pieza en el “David” de Miguel Ángel Rojas, una de las imágenes de nuestra iconografía artística.