Dividida en cinco cuadros, esta comedia musical muestra diferentes aspectos del hombre político: el político y la diva, el político y el gimnasio, el político cachaco jugando golf o el político en el matrimonio, entre otros.
El autor de la obra opina:
«Electroshock, como toda pieza teatral es una pilatuna colectiva. Poncho sugirió. Bruno creyó y re-creo.Tino y Juliana metieron su sesuda mano amiga. Fanny acolito con su escuadrón. Patricia se enrolló a fondo. Beto se mascó las blancas y las negras. Beccassino se craneó en la complicidad. Eunice nos sacó los trapitos a la luz de Humberto.Y tal y que tal…
Todos confiaron en lo que yo quisiera expresar. Es lo que más les reconozco.Yo que he dicho y cometido tanta barbaridad, haberme podido rodear de un combo tan bacano, para que la metida de pata no fuese hasta la ingle, o no lo pareciera…;
Gracias Espiritu Santo por los favores recibidos de estos iluminados !
Vivimos en una realidad susceptible de ser mejorada, aunque desde todos los flancos nos quieran adormecer con la droga del miedo. Nuestra fe la disparamos desde aquí, con el fusil de la comedia. Los artistas, de todo lo que Dios creó, lo que más Ie agradecemos es la risa. Por eso no Ie tememos a burlarnos de todo el que de papaya, empezando por nosotros mismos.
Hay lágrimas de dolor producidas por los cobardes.Y hay lágrimas de alegría que surgen del amor. Las primeras dejan al ojo enrojecido. Las otras lo dejan blanquito, lo lubrican. Sólo queremos amortiguar el pesar con el humor. Nos gusta ser como la Monalisa, que continua sonriendo aun cuando la tengan contra la pared. Abra, pues, el ojo, para echarle unas gotitas de nuestro colirio de optimismo.
Esta botada de corriente llamada Electroshock, está dedicada a mi hijo Bruno Daniel, que tanto la deseo y soñó.»
Los directores de la obra opinan:
«En una Colombia temerosa, conflictiva, violenta… en esta tierra del olvido, el arte ha buscado diversas maneras de asumir la realidad para llegar a entenderla en toda su complejidad.
En este caso hemos querido mirarla a través de un espejo capaz de transformarla desde la ironía y el humor, de tal forma que al reirnos de nosotros mismos, podamos tomar distancia de aquello que nos duele.
Esperamos que este momento compartido con Patricia Polanco y Bruno Díaz les oxigene el alma, abriendo un pequeño espacio para la reflexión.» Tino Fernández y Juliana Reyes
Cantactriz: Patricia Polanco.
Cantactor: Bruno Díaz
Iluminación: Humberto Hernández
Imagen y Diseño gráfico:: Becassino Publicidad
Autor: Bruno Díaz
Imagen: Iván Onatra.
Escenografía: Victor Sánchez.
Dirección: Tino Fernández y Juliana Reyes
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