FRENESÍ
DANZA
Coproducción de la 12ª Biennale de la Danse de Lyon- Francia, del X Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, con el apoyo de la Embajada de Francia en Colombia, la Alianza Colombo-Francesa, el Ministerio de Cultura de Colombia y el Teatro de Cristóbal Colón de Bogotá.
PREMIO NACIONAL DE DANZA 2006, otorgado por el Ministerio de Cultura de Colombia.
PREMIO AL MEJOR ESPECTÁCULO DE DANZA presentado en la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca (España) en el 2006.
Por Félix Antequera- Actor escritor
«¿Cómo culminará nuestra existencia sobre la tierra?. ¿Tuvo sentido demorarnos tanto en este tránsito?, ¿en esta espera?. ¿Será cierta la promesa de otro mundo?. La respuesta a estas preguntas son el origen mismo de todos los ritos. Toda manifestación artística o cultural se convierte de esta forma en un balbuceo en las tinieblas, para tratar de encontrar alguna luz al final del sinuoso camino.»
L’EXPLOSE se coloca en este «origen de los tiempos», en este primer día de las preguntas y se lanza a su última creación “Frenesí”. Un espectáculo de compromiso íntimo, donde todas las voces se unen orgánicamente para preguntar, no para dar respuestas.
Esta propuesta, que podría entroncarse dentro del concepto de teatro ritual, no se acoge a una dramaturgia lineal de causa y efecto, sino a una estructura cíclica donde las imágenes son como instantáneas con sentido propio, especies de ideogramas que abren y culminan una pregunta y una respuesta a la vez. El espectáculo, que rehuye la horizontalidad, opta por un espacio-tiempo repleto de verticalidad: sabemos de lo que trata, pero no podemos precisar qué es lo que cuenta.
No importa cuáles sean los puntos de partida, sino a dónde son capaces de llevarnos. Esto se hace evidente en “Frenesí”, cuyo puerto de inicio fue el trabajo fotográfico «Torero» del fotógrafo colombiano Ruvén Afanador. L’EXPLOSE se aleja de la premisa y se apropia de la metáfora; trasciende la literal plaza de toros y va al terreno de la lidia cotidiana, donde el hombre persigue sus ideales y sus sueños con el ansia de un guerrero; con la esperanza de postergar ese final que sabemos llegará, pero que hoy podemos alejar un tanto.
En la fiesta brava, el vulnerable torero está lleno de vanidad después de su «triunfo» en la plaza. Pero, por encima del traje de luces y de cualquier adorno, el protagonista es el toro, pues es quien otorga la posibilidad de sobrevivir o quien concede el trágico y –veladamente- apetecido final. El espectáculo se fundamenta en esa atmósfera densa, arenosa y sanguinolenta que se produce al aplazar el fatal momento que culmina la lidia. El protagonista se ubica en el porqué de la lucha, no en quien la realiza; es lo que se cuenta, no el quién lo cuenta. Ahí está el toro metafórico al acecho. Al luchador sólo le queda concentrarse en la pelea, sin importar quien está presente y quien no. Por eso la obra deja esa rara sensación de no necesitar del público para que se complete su sentido. Parece ser un ritual de alejamiento mortuorio más que una danza, siendo por esta misma razón un gran espectáculo teatral; donde se recurre poco al esnobismo estético y a la pedantería intelectual. No hay engaño. Desde el primer momento sabemos a qué nos atenemos si nos quedamos en la silla. La opción no es lo bonito sino lo bello, entendiendo que para llegar a esto último debemos confrontarnos con lo grotesco, con lo terrible y nauseabundo que puede ser la propia carne desgarrada.
Creación valiente y honesta; sincera y catártica, de la cual salimos con una presión en las sienes que garantiza, con el paso de las horas y de los días, que sí tiene sentido embarcarnos en la lucha cotidiana de tratar de leer en las sombras. Espectáculo realmente democrático, porque elimina las categorías morales o sociales, discriminatorias, separatistas y hasta los géneros. Este asunto tiene que ver con todos y cada uno de nosotros. La batalla ha de ser librada como se pueda, si se quiere llegar al objetivo: el día siguiente, el otro.
Como diría el emperador Adriano en el momento de la partida: «Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver… Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…»
Una producción de L’Explose Danza
Dirección y puesta en escena: Tino Fernández
Dramaturgia: Juliana Reyes
Intérpretes: Marvel Benavides, Leyla Castillo, Angela Bello,Lina Gaviria, Wilmer Rivera, Wilman Romero, Angel Avila, Alexis Calvo o Diego Rodríguez, Yovanny Martínez.
Iluminación: Humberto Hernández
Diseño de Vestuario: Eunice García – Canesú
Fotografía y Diseño Gráfico: Carlos Duque – Duqueimagen
Jefe de Prensa: Liliana Escobar
Diseño de Escenografía: Victor Sánchez, Tino Fernández
Asistente de Produción: Olga Lucía Angulo
Producción General: Françoise Empioz
ENFOQUE TEMÁTICO:
«El espíritu humano constantemente se da miedo a sí mismo y sus movimientos eróticos le aterrorizan. Pero, aunque la actividad erótica sea antes que nada una exuberancia de la vida, existe, en el paso de la actitud normal al deseo, una fascinación fundamental por la muerte. – Georges Bataille»
La obra plantea la fiesta desde adentro, sin luces ni espectáculo, y evidencia la fiereza del enfrentamiento, la crudeza de ese peligroso juego de roles que conduce a los adversarios de retorno a su naturaleza más íntima, a sus impulsos primarios. Este careo entre lo humano y lo animal confirma la diferencia entre los oponentes, haciendo del combate un duelo erótico y descarnado, del que puede surgir tan sólo un vencedor.
En un espacio escénico frío, cual morgue o carnicería, del cadáver surge el hombre y de su hombría la batalla. La piel se expone, se mancha, se enrojece, se suaviza y se lacera; es carne que se transforma en cuerpo. Un cuerpo marcado, un cuerpo que vibra ante el dolor y allí encuentra el placer que el frío del entorno parece negarle. La crueldad es supervivencia, y la proximidad con el otro un instante que quema, que doblega, que abusa y que mata.
PRENSA:
‘UNA DANZA POTENTE Y ELOCUENTE’, FUE LA CRÍTICA QUE RECIBIÓ L’EXPLOSE EN EUROPA
El Tiempo, Marzo 31 de 2007
La compañía de danza L´Explose terminó su gira de dos meses por Europa con todos los aplausos. Sus obras Frenesí, ¿Por quién lloran mis amores? y La mirada del avestruz fueron elogiadas en diarios de España, donde el trabajo del grupo liderado por Tino Fernández ya es reconocido.
«(L’Explose) ha elaborado un solo de danza tan potente como elocuente. Marvel Benavides asume el reto de bailar alrededor de cuatrocientos vasos de cristal que simbolizan las trabas y sufrimientos», escribió el Correo de Andalucía el 13 de marzo. Y agregó: «Benavides salta, se retuerce, lucha consigo y con el frágil, aunque dañino, cristal que la rodea. A veces le huye y otras lo encara con todo el valor y el arrojo capaz de asumir».
Por su parte, El Diario Vasco comentó: «Crudeza y contundencia son las características más destacables de Frenesí. (…) Contundente propuesta que, a buen seguro, no dejó indiferente al respetable. Frenesí es una receta arriesgada, cuyo elemento esencial es la carne humana al por mayor».
L’Explose seguirá este año sus presentaciones en Italia, Brasil y Colombia, en una corta temporada el mes de junio.
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