La mirada del avestruz

La metáfora que sustenta este trabajo de creación plantea diferentes niveles de significación; el primero tiene que ver con la mirada que todos parecemos tener puesta en el «hueco» de la vida individual, donde nos hemos refugiado como mecanismo de evasión, de sobrevivencia.

Pero, ¿qué sucede en esos espacios de las vidas individuales? Allí están presentes en formas muy sutiles y profundas las huellas de la violencia.

En el segundo nivel de significación «La mirada del avestruz» quiere aludir a la dimensión de la memoria, a la recuperación de nuestra historia individual, ligada a la historia colectiva, quiere nombrar también el momento de la otra mirada, la de la renovación del anhelo colectivo.

«La mirada del avestruz» pretende plasmar sentimientos, emociones, vivencias personales y colectivas relacionadas con esa especie de espacio simbólico, cerrado, individual, ciego y hasta sordo a la violencia sin límites.

Inspiraciones: “El hambre, la violencia, la crueldad gratuita, la violación, el asesinato: estos son compañeros constantes en el tiempo actual. La danza y el teatro pueden penetrar en el interior de las zonas más oscuras del terror y la desesperación por una sola razón: para ser capaces de afirmar, ni antes ni después, sino en este mismo momento, que en la oscuridad está presente la luz”. Peter Brook

Nueve personajes sin nombre, con historias cercanas y extrañas a la vez, nos hablan de su propia marca, de sus desarraigo y de sus contradicciones en una pieza dancística que busca reflexionar sobre la realidad del país. Una metáfora que pretende, en un espacio escénico hecho de tierra negra, plasmar sentimientos, emociones y vivencias personales, relacionadas con la evasión a la que a veces recurrimos para, como el avestruz, escapar de la realidad.

Igualmente, el montaje alude a la dimensión de la memoria y a la recuperación de nuestra historia colectiva. Las resoluciones plásticas, las situaciones escénicas, los personajes, el vestuario y la música buscan elevar al ser humano por encima de sus circunstancias, mostrarlo imponente y con algún sutil sentimiento de poder.